Ana Mato y Javier Rodríguez, las caras de la nausea
La ideología viene a ser el
reflejo de las condiciones de la sociedad y algunos fundamentan sus principios
en la ingenuidad de sus miembros. Se falsea la realidad, y de paso se manipulan
las conciencias afines que asumen el engaño sin cuestionar ni analizar la
veracidad de lo propagado. Repugnantes.
No es cuestión de
valoran el traslado humanitario de quienes padeciendo una enfermedad tienen
derecho de ser atendidos en su país, se trata de una decisión comprensible y
respetable, pero al igual que a partir de una altitud, en una escalada ante el
desfallecimiento de un compañero se acepta continuar la marcha para no
arriesgar la vida de sus componentes, el gobierno debería tener claro el
significado de seguridad : Libre y exento de todo peligro,
daño o riesgo.
La decisión de un gobierno que presume de hacer las cosas como dios manda, pasa por tener en
cuenta la posibilidad del fallo humano y, tratar de evitarlo en medida de lo posible
mediante el control exhaustivo y riguroso
de los protocolos establecidos por los expertos en la materia. Actuar sí, pero
poniendo todos los medios necesarios e
informando a la sociedad de que se toma una medida con responsabilidad a pesar de
que implique un riesgo evidente.
El Gobierno de una sociedad democrática puede
equivocarse, faltaría más, incluso los representantes de dios en la tierra son
propensos a disparates, pero su grandeza
debería pasar por su capacidad de gestionar los fallos con honestidad y
responsabilidad.
Lamentablemente en España prevalece lo
contrario y ante la crisis generada por
el primer caso de contaminación de ébola en Europa, se pone de manifiesto la
pobre naturaleza humana cuando la Ministra
de Sanidad, Ana Mato, el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier
Rodríguez, y el doctor de Medicina Interna del Hospital de La
Paz, Germán Ramírez, tratando de exculpar la
responsabilidad de su gestión, en lugar de informar con argumentos sostenibles,
señalan como culpable a la afectada, Teresa Romero,
auxiliar de enfermería interina del hospital La Paz de Madrid, que de forma voluntaria participara en la
atención a los misioneros españoles repatriados.
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