11 Marzo. A Rouco Varela se le ve el plumero


Algunos piensan que mediante una siniestra y vergonzosa maniobra,  orquestada desde la oscuridad,  es  posible conformar sus conciencias.

No es posible afirmar que los atentados perpetrados el  11 de marzo en Madrid,  fueran respuesta directa al ardor guerrero de un gobierno patrañero,  pero es incuestionable que José María Aznar mintió a la sociedad española justificando la intervención militar en Irak , como respuesta a la existencia de unas “armas de destrucción masiva”, que no existían y, también que ese gobierno presidido  por José María Aznar,  mientras  detenía a los terroristas islamistas responsables del atentado, mentía a la sociedad insinuando que los responsables eran otros.

Con la vergonzosa maquinación para cambiar la responsabilidad  del grupo terrorista, se ponía de manifiesto la poca importancia que los mentirosos daban a los muertos y sus familias. No puede comprenderse la falsedad más que para justificar la mala conciencia de una responsabilidad certera, la correspondiente a la  decisión de participar en una guerra injusta, con la oposición de la sociedad en la calle,  posteriormente  ratificada  en las urnas.

Esos a los que la sociedad importa tan poco, carentes de honor para  afrontar las consecuencias de sus decisiones, han conspirado,  en colaboración con la peor escoria mediática, para autojustificarse, ajenos a la realidad de una sentencia judicial ejemplar y clarificadora.

El tiempo pone a cada uno en su sitio, a pesar de que algunos  utilicen aún la insinuación como arma sin fundamento. Inútiles trasnochados,  aún al servicio de sinvergüenzas.

Lo curioso es que los protagonistas de tan siniestras manifestaciones, son los mismos  fachosos, salva patrias a los que da lo mismo utilizar a víctimas del  terrorismo que entregar los cuerpos sin identificar  a los familiares de los fallecidos en el accidente del Yákovlev  Yak 42. 

Eso sí, siempre con su dios, y su bandera de testigos.

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