Aseguraba Cospedal:
"El PP es el partido de los trabajadores" y el personal por eso de que las cosas
estaban mal, debió pensar que era cierto, pues un partido dispuesto para “hacer las cosas como
dios manda”, no podría mentir en sus críticas a:
·
La reforma laboral de ZP · La subida de impuestos de ZP
· La gestión respecto al terrorismo de ZP
· La complacencia fiscal con los poderosos de ZP
· El papel fundamentalmente higiénico de la fiscalía, con asuntos que implicaban a poderosos durante la gestión de ZP
· La congelación de sueldos y pensiones establecidas por ZP
· La facilidad para conceder indultos a poderosos de ZP
Estas
críticas a lo que día a día se convertía en la gestión fatua, por no decir torpe e inútil de un
alucinado, su gobierno y asesores, que se disparaban directamente al pie mientras destruían los cimientos
Socialistas y Obreros de un partido
comprometido en sus orígenes, permitía a Cospedal y su pandilla de colegas
fachendosos a autoproclamarse “defensores de los trabajadores”, con peineta y
un par. Si bien es cierto que más de uno parece habérselo creído, lo único cierto
es que esa señora defender, defender tan solo los múltiples sueldos de su marido y los
despidos diferidos.
El
ciudadano confundido gritaba "PP y PsoE la misma mierda son" y finalmente, como
una carrera de ratas, siempre la gana una rata, en esta ocasión el PP llegaba
primero a la meta, liderado por un Mariano Rajoy dispuesto para hacer las cosas
“como dios manda”.En esas estamos, arrodillados, con el miedo en el cuerpo, viéndolas venir por todos los lados, aceptando el castigo bíblico liderado por un tronquito de madera, hijo de Gepetto al que crece la nariz mientras vemos reducir el número de trabajadores empleados.
Mientras esto sucede, quienes se cargaron estrepitosamente los cimientos del partido socialista, confirman su compromiso social con un trágico miedo a quemarse.
Ni lo sueñes. En estos momentos ambos partidos están más preocupados prepaprando estrategias para las próximas elecciones europeas que, el uno por gobernar y el otro por hacer una oposición digna, cosa que por otro lado, nunca ha hecho. Y la izquierda, también siguiendo su eterna costumbre, en lugar de unirse y crear un frente único para romper el bipartidismo y llegar a hacer algo decente en este puñetero país, parece que prefieren diseminarse en varios partidos por puro personalismo.
ResponderEliminar¡O cambiamos a la izquierda
o nos vamos a la mierda!
Saludos y un abrazo.