Presidente del Consejo General del
Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, parece ser un señor al que sólo falta la sotana para
ocultar sus mamoneo, pues lo demás no puede ocultarlo, la cara, los gestos y
las palabras, proclaman como uno de esos Cristianos impúdicos, capaces de rezar por los pecados del prójimo.
Sus asuntos, con quien cena o no cena importan poco, lo que realmente preocupa e interesa es su trabajo y este pese a su relamido aliño indumentario, está muy distante de los principios éticos y morales que se presuponen a su cargo.
Sus asuntos, con quien cena o no cena importan poco, lo que realmente preocupa e interesa es su trabajo y este pese a su relamido aliño indumentario, está muy distante de los principios éticos y morales que se presuponen a su cargo.
Aunque le parezca una “minucia”, el gasto de sus recorridos pagados con dinero de todos, y no de su bolsillo, manifiesta una total
desfachatez, ¿tan distante está de la realidad, que no se da cuenta de que esos
gastos que él considera insignificantes
superan con creces el sueldo base correspondiente a un año de dos trabajadores españoles?.
No tiene nombre este chupón del estado, un caradura capaz de reírse de todos sin pestañear.
Tampoco tienen nombre esos mamones
que con el pretexto de una mayoría carroñera, lograda con mentiras y el deseo de ver hundir su “patria”, privan a los ciudadanos de conocer las explicaciones de
un comportamiento propio de persona falta de vergüenza y sobrada de cinismo.
Lo peor no es que lo ha hecho este impresentable, lo peor es que encima va a salir impune.
ResponderEliminarMierda de ¿democracia? la que tenemos.
¿como era aquello de Sodoma y Gomorra o, Sodoma y la Gomera?
ResponderEliminarSi "aprovecharamos" los más de 5 millones de parados para que salgan a la calle en cada escandalo de estos no quedarian impunes!
ResponderEliminarVergüenza de país.
ResponderEliminarCarlos Dívar es el prototipo de católico fariseo (con perdón de los fariseos judíos).
ResponderEliminarMás correcto sería llamarle hipócrita, meapilas, vaticanero, chupón y espabilao. No logro entender qué de bueno vería en el Rodríguez Zapatero para ponerle donde le puso.
¡¡Ay, señor, señor!!