En las vegas del río Corneja, donde la tierra se hace fértil gacias a su agua, están parte de mis orígenes. La vida misma asomando sin otro milagro que el del trabajo. Recuerdo mi asombro de niño, al ver como al regar la huerta, el agua avanzaba lentamente empapando la tierra, cambiando su color y su textura, acariciando los surcos, con una parsimonia implacable pero a la vez hermosa,capaz de componer un ejercicio de ilusionismo; el agua según avanza humedece la tierra para desaparecer, convirtiendo el suelo seco y árido en barro, el mismo que según cuentan habría utilizado díos para dar forma a ese hombre creado a su imagen y semejanza. No es de extrañar que las gentes próximas sintieran y disfrutaran durante su vida con ese fenómeno natural, que convertía el agua clara en verde sustento. Sudor, sufrimiento, calamidades, mezclados para sentir la naturaleza, con respeto y agradecimiento. Una forma de vida sencilla, pero que curiosamente hace grandes a los humildes jornaleros.
no podías haber abierto el blog con un post mejor... tus orígenes, el agua que nos da la vida, la tierra que nos acoge...
ResponderEliminarbicos,
un vídeo precioso y me gustan las fotos que haces... me encantan las pinzas de la ropa.
ResponderEliminarbicos,