Dice el refrán: “por San Antón, heladura; por San Lorenzo, calura” y sucede que por esas fechas de frío en enero y calor en agosto, el precio de la luz se dispara.
Sucede entonces que salen culebras por la boca de ciudadanos arremetiendo contra las empresas eléctricas y lo malas que son, pero estas empresas como si fueran el muro de un frontón ni se inmutan, al día siguiente, mientras sus consejeros nutren sus bolsas a costa de la vida ajena, el precio de la electricidad es más cara
Lo curioso es que muchos afectados, a pesar de darse cuenta de que su disputado voto, en lugar de defender los intereses prometidos, sirve para proteger otros totalmente opuestos, a la hora de volver a elegir, temeroso de que algo cambie, seguirán respaldando la política de gestores mal nacidos.
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